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Entre las 581.516 empresas creadas en España de 2018 a 2023 se han identificado 4.732 start-ups, por debajo del 1% del total, según el Estudio sobre Las empresas start-up en España realizado por INFORMA.
Aunque el término start-up se utiliza mucho actualmente, no existe una definición unánime, se entiende que se trata de empresas jóvenes, con una actividad innovadora (no solo tecnológica) y alto potencial de crecimiento y por lo tanto necesidad de financiación. De ahí que para las empresas start-ups en este estudio se hayan utilizado tres criterios: fecha de constitución, signos de actividad innovadora y búsqueda de financiación*.
Nathalie
Gianese, directora de Estudios de Informa D&B, comenta que: “Las start-ups
localizadas presentan una cifra de venta y media de empleados superior al resto
de compañías creadas en ese periodo, con una facturación cercana a los 470.000
euros por empresa y más de 4 empleados calculada sobre el 49% de ellas que son
las que tienen balance”.
También el porcentaje de start-ups con actividad en el exterior (importaciones/exportaciones y filiales extranjero), está por encima, aunque ligeramente, de la del grupo de comparación. Cerca del 6% de las start-ups tienen actividad internacional y no llega al 5% entre el resto, y un 1% cuenta con una o más filiales en otros países, cuando la proporción es del 0,16% entre las demás.
Otro rasgo diferenciador es su mayor presencia en medios y redes sociales, un 50% de las start-ups realiza este tipo de actividad, frente al 9% del resto de compañías.
Sin embargo, las start-ups cuentan con menos mujeres en sus consejos de administración: el porcentaje femenino es del 13%, y sube al 21% entre el resto de sociedades. Además, son solo un 16% las que superan la proporción del 40% de mujeres en este órgano, cuando en el grupo de comparación sucede en el 22%.
Según el sector de actividad, Sanidad, con un 20%, y Educación, con un 18%, son los que cuentan con más proporción de presencia femenina en sus consejos. En el lado opuesto Construcción y actividades inmobiliarias, Transportes e Intermediación financiera, quedando en el 9% el primero y el 10% los otros dos.
El 44% de las start-ups realizan actividades directamente relacionadas con las tecnologías, muy por encima del 5% en el grupo de control. De las que sí que tienen actividad tecnológica cerca del 40% se dedica a Servicios de tecnología punta, frente al 4% entre el resto de empresas.
Comunicaciones y Servicios empresariales son los sectores que más start-ups concentran, un 34% y un 26% del total cada uno. El siguiente es Comercio con casi un 13%. Construcción y actividades inmobiliarias tiene la mayor diferencia entre el porcentaje de start-ups, 3%, y el de empresas del grupo de comparación, donde alcanza el 23%.
Sin embargo, atendiendo a la facturación de las start-ups, Industria suma cerca del 22% del total, algo más que el 21% que representan las empresas de Comunicaciones.
El score de riesgo de cese mide la probabilidad de que una empresa cierre oficialmente en los próximos 12 meses. El 22% de las start-ups se encuentra en situación de riesgo alto o medio alto, frente al 29% del resto de compañías.
El score de liquidez mide la probabilidad de un significativo retraso en los pagos. En este caso el 18% de las start-ups tienen un riesgo alto o moderado-alto mientras que en el grupo de comparación se llega al 28%.
El 31,5% de las start-ups tienen su sede en la comunidad catalana, un 26% en Madrid y un 10% en Valencia. Son también las autonomías que concentran una mayor facturación de este tipo de empresas: Cataluña reúne cerca del 33%, Madrid un 24% y Valencia el 13%.
Si nos fijamos en los municipios, Barcelona y Madrid son los primeros superando las 900 start-ups en ambos casos. Valencia se queda en 216 y el siguiente es San Sebastián ya con menos de 100.